Quinto centenario de la evangelización de Filipinas

El pasado mes de marzo anunciábamos los preparativos que la Iglesia en Filipinas estaba realizando con motivo del 500 aniversario de la llegada de la fe cristiana a ese país.
A este acontecimiento se refirió el Nuncio Apostólico en España, monseñor Bernardito Auza, durante su discurso al inicio de la CXVII asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española: «Es para mí una gran satisfacción –afirmó monseñor Auza–, y doble, evocar en este momento el concurso del quinto centenario de la evangelización de mi país, Filipinas, con la llegada de la expedición de don Fernando de Magallanes el 16 de marzo de 1521. La primera misa fue el 31 de marzo, domingo de Pascua en aquel año, y los primeros bautismos el día 14 de abril de 1521. Fue por medio de España, cuya actuación es presentada por historiadores acreditados como «modelo de entendimiento, elevación y fusión de los pueblos», como la fe llegó a Filipinas.
» (…) La fe cristiana es la herencia más grande, más profunda y más duradera de los más de tres siglos de presencia española en las Filipinas, por la cual estamos profundamente agradecidos a los misioneros que nos anunciaron el Evangelio a través de los siglos. Por eso, ser filipino y legado del Romano Pontífice en España, en donde todo empezó, es para mí, como en el caso de la expedición de Magallanes y Elcano, un testimonio y prueba de que la fe también ha dado la vuelta al mundo. (…) La proeza de Magallanes, y de otros navegadores del Siglo de Oro, fueron viajes generadores de una verdadera globalización, haciendo posible el encuentro de los mundos y de los pueblos con sus propias identidades, forjando nuevas culturas y maneras de pensar que abren nuevos horizontes a la humanidad».
También coincidiendo con este año jubilar se ha concluido en la cima del Montemaría, centro de peregrinaje ubicado en la provincia de Batangas, la imagen de la Virgen María más grande del mundo –98,15 metros de alto–, como un «símbolo de unidad y paz en Asia y el mundo entero».