Múltiples ataques a la Iglesia en todo el mundo

Día 13 de octubre. La capellanía de Cristo Rey, en la diócesis de Gómez Palacio (Durango, Méjico) es profanada y se intentan llevar el sagrario, sin conseguirlo.
Domingo, 18 de octubre. Una turba de manifestantes saquea y prende fuego a la parroquia San Francisco
de Borja en Santiago de Chile. Tras el ataque, se dirigen a la iglesia de la Asunción, que también destruyen completamente.
21 de octubre. La parroquia San José Esposo, en San José de los Arroyos (Caaguazú, Paraguay), es profanada por desconocidos que destruyen el sagrario y otras cosas valiosas del templo y queman una imagen de la Virgen María.
25 de octubre. Tras la reciente declaración de inconstitucionalidad del aborto eugenésico por parte del
Tribunal Constitucional polaco, los actos de violencia contra la Iglesia se extienden por el país, interrumpiendo misas dominicales con carteles en apoyo al aborto.
Y en España es profanado el Santísimo Sacramento y robado un Sagrario con formas consagradas en la
parroquia Virgen del Mar (Madrid).
29 de octubre. Sobre las 9 de la mañana un individuo de origen tunecino armado con un cuchillo entra
en la basílica Notre Dame de Niza (Francia), degollando a una mujer y matando a dos personas más.
4 de noviembre. Un grupo de manifestantes autoproclamados anarquistas rompen las ventanas de Saint
André Bessette, iglesia católica ubicada en el centro de Portland (Oregon, Estados Unidos), conocida por
ayudar a los pobres de la zona.
Viernes, 6 de noviembre. Unas doce personas irrumpen en la parroquia Nuestra Señora de Luján
(Bariloche, Argentina), golpean a fray Ricardo Cittadini, quien está a cargo de la parroquia, toman de rehén a otro miembro de la congregación franciscana, profanan la Eucaristía y hacen diversos destrozos en el templo.
9 de noviembre. Unos sesenta hombres armados ,de religión musulmana, movidos por una disputa territorial, atacan la aldea de Ichhachhara (Moulvibaza, Bangladesh), predominantemente cristiana, hiriendo a una persona, destrozando la capilla utilizada para la liturgia dominical y saqueando varias casas.
Analizando estos hechos, sucedidos en el último mes, nos parece relevante destacar dos aspectos. Por
un lado, la constatación de que los ataques contra la Iglesia no son algo aislado y esporádico sino que parece haber una persecución organizada y creciente en todo el mundo, tanto directa como muchas veces indirecta, contra la Iglesia y el mensaje de salvación por ella transmitido. De hecho, el pasado 10 de noviembre el Centro de Investigación Pew publicaba un nuevo informe sobre el estado de la persecución religiosa en el mundo (correspondiente a datos del 2018), constatando que los cristianos encabezan de nuevo la lista del grupo religioso que sufre más hostilidad política o social. Y no sólo eso, sino que el Índice de Restricciones Gubernamentales es el más alto desde que Pew comenzó a registrar datos en 2007.
Por otro lado, si la Iglesia es perseguida en todo el mundo significa que ha predicado ya el Evangelio del
Reino a todas las naciones, según le encargó Cristo,
y que pronto vendrá el fin (cf. Mt 24, 14), es decir, la consumación de dicho Reino con la vuelta del Mesías Rey. Por eso la celebración de la fiesta de Cristo Rey y el tiempo de Adviento que le sigue deben servirnos
para avivar nuestra esperanza, según aquellas palabras de Jesús: «Cuando estas cosas comiencen a suceder, cobrad ánimo y levantad vuestras cabezas, porque se acerca vuestra redención» (Lc 21, 28)