Asia Bibi pide cambiar la ley de la blasfemia en Pakistán

Asia Bibi, la cristiana pakistaní símbolo del sufrimiento provocado por la persecución anticristiana en el mundo, ha concedido una entrevista a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) en la que se mantiene en su postura en defensa de las minorías y reitera suposición a favor de cambiar la ley de la blasfemia en Pakistán, para evitar los abusos actuales que afectan especialmente a las minorías religiosas. Esta cristiana, madre de cinco hijos, estuvo encarcelada y condenada a muerte por la ley dela blasfemia casi diez años, hasta la absolución sentenciada por la Corte Suprema de Pakistán en octubre de 2018.

Asia Bibi ha querido aclarar su postura después de que una televisión estadounidense hace unos días la entrevistara y no diera, en su opinión, la versión completa que ella tiene respecto al daño que hace la aplicación de la ley de la blasfemia. «En el momento de la fundación y separación de Pakistán de la India, el fundador Ali Jinnah, en su discurso de apertura, garantizó la libertad de religión y pensamiento a todos los ciudadanos» ha declarado Asia en una entrevista en exclusiva con Alessandro Monteduro, director de ACN en Italia. «Pero hoy en día hay algunos grupos que están abusando de las leyes existentes, por lo que hago un llamamiento al primer ministro de Pakistán, especial-mente para las víctimas de las leyes sobre blasfemia y las niñas que han sido convertidas a la fuerza, para salvaguardar y proteger a las minorías, que son también ciudadanos paquistaníes. Y yo, como víctima, hablo desde mi propia experiencia. Sufrí terriblemente y viví muchas dificultades pero ahora soy libre y espero que estas leyes se puedan cambiar de tal manera que se evite cualquier abuso de ellas», recordó Asia.

Según el Informe para la Libertad Religiosa publicado por ACN, las llamadas «leyes de blasfemia», incorporadas en 1986 al Código Penal de Pakistán (artículos 295 B, 295 C, 298 A, 298 B, 298 C), limitan enormemente la libertad de religión y de expresión. La profanación del Corán e insultar a Mahoma son delitos punibles con cadena perpetua y pena de muer-te respectivamente. En la vida cotidiana estas leyes se utilizan con frecuencia como medio para perseguir alas minorías religiosas. Desde su residencia actual en Canadá, Asia Bibi también recordó el drama de numerosas menores de edad pakistaníes secuestradas, convertidas y obliga-das a contraer matrimonio a la fuerza.

Preguntada por el caso de Huma Younus y Maira Shahbaz, dos jóvenes cristianas víctimas de abusos cuyos casos está defendiendo la fundación mediante una constante campaña de sensibilización, Asia comentó: «sé que estas niñas están siendo perseguidas y hago un llamamiento al primer ministro de Pakistán, Imran Khan: ¡ayuden a nuestras niñas porque ninguna de ellas tendría que sufrir!». Durante la entrevista, publicada en su totalidad en el canal de YouTube de ACN Italia, Asia Bibi también se refirió al papa Francisco. «Tengo dos coronillas (decenarios del rosario) donadas por el Santo Padre» dijo, «una se quedó en Pakistán y la otra está conmigo y todos los días rezo el rosario por la fe y por los perseguidos en Pakistán. Agradezco al Santo Padre Francisco y al papa Benedicto que intercedieron por mí, agradezco a ACN y también a muchos otros que han rezado por mí». «Tengo un profundo deseo de visitar Roma y, si es posible, de encontrarme con el Santo Padre», respondió Asia. «Rezo por el papa Francisco que nos apoya en la fe». La cristiana pakistaní concluyó di-rigiéndose a los benefactores de la fundación pontificia: «Agradezco a ACN y a todos sus benefactores en todo el mundo por apoyar a las personas que son perseguidas como yo por su fe.»

Niñas y mujeres, forzadas a casarse y convertirse al Islam

Uno de los temas de la última entrevista de Asia Bibi está suscitando numerosas informaciones en los últimos meses. Se trata del secuestro de niñas, jóvenes y mujeres miembros de minorías religiosas: cristianas e hindúes. Según organizaciones especializadas, cada año, alrededor de mil mujeres y niñas son secuestradas, obligadas a casarse y a convertirse al Islam en Pakistán. Uno de los últimos casos, aún por resolverse ante la justicia, es el de la niña Maira Shahbaz, de solo 14 años, que fue secuestrada el pasado mes de octubre en Faisalabad. La familia denunció su desaparición y que sabían que había sido secuestrada por el hombre musulmán, Mohamad Nakash. El primer tribunal dio la razón al supuesto secuestrador, cuya defensa argumentó tener el documento oficial de matrimonio. Sin embargo, los abogados de la familia de la adolescente presentaron pruebas suficientes como el documento de escolarización que demostraba que Maira era menor de edad y no podía casarse, una práctica penada por el sistema jurídico pakistaní. En el tribunal provincial de Lahore, los jueces volvieron a dar la razón a Mohamad Nakash, argumentando que Maira se había convertido al Islam como demostraba un documento religioso, lo que validaba el casamiento.

A la espera de la futura apelación de la familia de Maira, hace unas semanas fuentes cercanas de la niña cristiana revelaron que finalmente ésta se había escapado de la casa de su secuestrador y se encon-traba ahora en paradero desconocido, acompañada de su madre y hermanos. En unas declaraciones que ha hecho públicas, Maira denunciaba que había sido violada repetidamente y grabada en vídeo para amenazarla: «Amenazaron con matar a toda mi familia. Mi vida estaba en juego, en manos de los secuestradores». Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) recibió por parte del abogado de la familia, Khalil Tahir Sandhu, una copia de las declaraciones de Maira ala policía en las que describe cómo fue secuestrada y las atroces crueldades que sufrió en cautiverio.

La familia ha pedido el arresto de Nakash por delitos sexuales que involucran a una menor y su abogado, Tahir Sandhu, ha solicitado a los tribunales tanto la cancelación de su matrimonio como el reconocimiento de uso de violencia para obtener la conversión. Por su parte, el presunto secuestrador ha reaccionado solicitando el arresto de la madre dela víctima, Nighat, y sus tíos, alegando que habrían secuestrado a la niña y la habrían sacado de su casa. Según la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán y el Movimiento por la Solidaridad y la Paz de Pakistán los secuestros de mujeres están aumentando. Es frecuente que las autoridades digan a los padres que la niña se ha convertido y se ha casado por propia voluntad. Muchas familias ni siquiera denuncian el delito o retiran la denuncia ante las amenazas contra otros miembros de la familia