Santa Teresa del Niño Jesús. Cartas de sus corresponsales y otras diversas. Santa Teresa del Niño Jesús, Monte Carmelo 2018

Los amigos de santa Teresita se encontrarán en este libro con una agradable sorpresa editorial. Traducida del francés, la editorial Monte Carmelo ha publicado un volumen de cartas de los corresponsales de la Santa. Una auténtica oportunidad para conocer mejor los detalles y contexto de la vida cotidiana de nuestra amiga, a través de las cartas que le escribían sus hermanas, familiares y sacerdotes.
En este libro su protagonista no toma nunca la palabra, pero, como si de un coro de los antiguos teatros griegos se tratara, todos las que la rodearon en vida nos cuentan con sencillez y naturalidad (ya sea a través de sus cartas o de respuestas a cartas de Teresa) la magnífica obra de la gracia que Dios está haciendo en ella, y por ella, en tantas almas.
Entre las primeras que llaman la atención se encuentra la serie de cartas con las que su hermana Inés, desde el Carmelo, prepara a su pequeñina para realizar devotamente la primera comunión. El leer aquellas letras explica mucho mejor por qué la santa describió su primera comunión como «una fusión». El acontecimiento de la enfermedad de Teresa se ve dramáticamente reflejado en la angustia con la que sus hermanas piden noticias de ella y en la alegría con la que agradecen la sonrisa de María. Más adelante, la peregrinación de los Martin a Roma toma nuevos colores gracias a la serie de cartas que se entrecruzan entre los viajeros y el carmelo de Lisieux. La vocación de Teresa se ve realmente puesta a prueba, y toda la familia lucha por alcanzarla.
Una vez Teresa logra entrar en el Carmelo, son sobrecogedoras las cartas en las que Celina escribe a sus hermanas contando los detalles de la enfermedad de su padre. ¡Con cuánto cariño y sufrimiento las hijas van ofreciendo esta cruz que Cristo ha otorgado al santo patriarca! La carta con la que cuenta a sus hermanas el fallecimiento de su amado padre es una verdadera joya de «literatura doméstica cristiana». También en estas cartas de Celina se pueden ver sus dificultades y obstáculos en torno a su vocación y cómo siempre es sostenida por «la otra mitad de su alma».
Cuando ya todas las hijas han entrado en religión, en la correspondencia de sus hermanas se puede apreciar cómo Teresa va convirtiéndose cada vez más en una maestra espiritual, y va enseñando su caminito desde el cumplimiento de sus deberes ordinarios. Imágenes como la pelotita, el grano de arena o el pajarillo, aparecen gracias a estas misivas mucho más desarrolladas y explicadas.
Entre los corresponsales destacan las cartas de Leonia: en su parquedad de palabras y azarosa vocación, se descubre una de esas almas pequeñas para las que está destinada la vía de Teresa. También aparece con nueva luz la figura del Sr. Guérin, un auténtico padre adoptivo para todas las Martín a las que cuida en la medida de sus posibilidades y que no puede sino sentirse abrumado por las gracias que Dios ha derramado a su alrededor.
La toma de velo, la profesión, el priorato de la madre M. Inés, son acontecimientos que van jalonando las diversas etapas de la vida de Teresa. El tráfico de copias de las poesías de Teresa aparece como primera herramienta de su carisma doctoral. La consagración de Teresa como víctima al Amor Misericordioso, y su deseo cumplido de que otras monjas se consagraran con ella como primicias de su maternidad espiritual.
Ya hacia el final de la recopilación aparecen también las cartas de sus «hermanos sacerdotes», el padre Roulland y el abate Belliére, en las que le cuentan a su hermanita, sus aventuras misioneras y las desventuras de su alma. Estas noticias se entrelazan con la enfermedad de Teresa, de la que podemos percibir la gravedad al ver cómo se preocupan aquellos que le quieren. Cierra el conjunto la admirable carta con la que la madre Inés cuenta a sus tíos y a Leonia cómo han sido los últimos momentos de Teresa.
Teresa decía que quería ser una humilde violeta en el jardín de las almas para Jesús. El contemplar con más perspectiva este florido jardín a través de las cartas de sus corresponsales, nos hace apreciar de un modo más «realista» y «familiar» la sencillez de la santidad de Teresa. Ojalá que también nos ayude a practicarla.